Contrario a lo que alguna vez creí, pienso que el embarazo
ha sido la mejor etapa de mi vida. Soy consciente que no todas las mujeres
cuentan con la fortuna de un embarazo completamente tranquilo, muchas sufren de
náuseas o incluso permanecen en alto riesgo. Afortunadamente para mí, ninguno
de estos fue el caso.
Me enteré del embarazo estando sin empleo, ya tenía seis
semanas y estaba a punto de emprender una nueva vida en otra ciudad con el papá
del bebé, ¡parecía todo un reto!, pasaban mil cosas por mi cabeza en aquel
momento, empezando porque necesitaba traer ingresos a mi familia, porque con él
trabajando solo no resistiríamos mucho.
Aproveché el tiempo al máximo desde el primer día, aunque en
algunos momentos sí sentí desaliento, pero es completamente normal. Leí mucho
sobre mi estado y tomé la mejor actitud, me dije y le dije a mi bebé que esta
sería la mejor etapa de nuestras vidas y lo decreté. Con el paso de los días
empecé a buscar sobre lo que me interesaba, a llenarme de más conocimiento y a
tener presente lo que más me gusta y lo que más disfruto hacer.
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