Ayer confirmé que somos más rencorosos los humanos que lo animales, un poco paradójico, teniendo en cuenta que somos nosotros los que tenemos la capacidad de razonar.
El de la foto es Zeus, está con mi papá, una persona a quien no le gustaban los perros, pero la imagen dice mucho más, incluso cuando estoy lejos las fotos del perrito me las envía él.
Este es un animalito muy especial, siempre en mi niñez quise tener un perrito, pero nunca me dieron permiso. Hace ya casi un año llegó Zeus a nuestras vidas, para alegrarnos los días, hacernos reír y ayudarnos a ser más especiales gracias a su nobleza y a su entrega incondicional.
Sinceramente creo que puede expresarme más de lo que muchas veces lo han hecho mis amigos o mi familia, porque cuando salgo se lamenta un poco indicando que le haré falta y cuando llego, hace fiesta y mueve su colita en señal de celebración.
Aunque a veces es desobediente, la mayoría del tiempo está compartiendo con nosotros o jugando. Ayer tuvimos que reprenderlo porque hizo un daño, es mi hermano el que siempre se encarga de ello, él tuvo que irse a estudiar, así que Zeus se quedó juiciosito en su cama, aunque un poco regañado. Pasó la tarde, Emmanuel regresó de la Universidad y este hermoso Pitbull lo recibió con emoción, como si nada hubiese ocurrido. Un hermoso gesto, es muy inteligente, sabe que se portó mal y ya pasó, así que con sólo pasar un rato está dispuesto a seguir siendo un gran amigo.
Ojalá los humanos aprendiéramos más de los animales, lastimosamente podemos tardar años enojados por cosas sin sentido e incluso esperar hasta el lecho de muerte para dejar el pasado atrás... Un poco irónico.
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